La motivación intrínseca es la que nos impulsa a hacer cosas por el simple gusto de hacerlas, no se basa en premios y recompensas, sino que el mayor premio es la realización de la propia actividad.
A diferencia de la motivación extrínseca, que se basa en el premio por conseguir algo, la motivación intrínseca proviene del interior de la persona por preferencias, gustos o forma de ser.
Se puede comprar esta motivación con la realización de un hobby. Las personas no practican sus aficiones para conseguir algo, lo hacen por gusto y porque les motiva hacerlo. En el ámbito del trabajo, conseguir que te guste tu trabajo y que te sientas cómodo con ello, es imprescindible para poder encontrarte motivado en el día a día. Como dice la mítica frase atribuida a Confucio “Elige un trabajo que te guste y no volverás a trabajar ni un día de tu vida“.
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¿Qué hace falta para encontrar motivación intrínseca?
- Sensación de significado. Debemos tener un compromiso hacia un propósito importante, significativo.
- Sensación de elección. Nos gusta poder elegir el camino y la forma de cumplir el propósito, que no nos lo impongan. Nos gusta ser autónomos.
- Sensación de competencia. Nos gusta sentir que somos buenos haciendo lo que hacemos, y que lo que hacemos nos permite mejorar nuestras habilidades.
- Sensación de progreso. Es importante darnos cuenta de que estamos progresando en el cumplimiento de nuestro propósito.