Una vez más la ciencia nos ayuda con estos temas. Y es que toda la vida nos han enseñado que para ser feliz tienes que sonreír más. Pero ¿qué pasaría si pudiéramos comprobarte que no es el caso? La felicidad viene después de las emociones negativas
Un estudio publicado en el Journal of Experimental Psycology aplicó cuestionarios en donde 2324 jóvenes demostraban sus emociones y su bienestar en general. Los resultados fueron claros: aquellos que sentían las emociones que efectivamente deseaban eran más felices en general, sin importar si esos sentimientos eran positivos o negativos.
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Algunos participantes (un 11 %) querían sentir más emociones positivas, como la empatía o el amor, mientras que un 10 % deseaba tener más sentimientos negativos, como el enojo o el odio.
“Todas las emociones pueden ser positivas en algunos contextos y negativas en otros, ya sean placenteras o no”
Sentimientos como el enojo, son consideradas reacciones salubales frente a injusticias. Es más: nos da la fuerza necesaria para actuar y defender nuestros intereses.
No te espantes, las emociones negativas están ahí por algún motivo y tienen un mensaje importante para nosotros. El enojo te puede impulsar a la acción, la tristeza puede motivar a la reflexión y te hará ver algo que no anda bien en tu vida.
Lo mejor es aceptarlas y llorar a moco tendido si lo necesitas. (Sin estancarte)
¡EXPRÉSATE! Te sentirás mejor.