Las cosas sencillas y conforman el día a día de nuestra vida. Hay quien suele decir que cuanto más sencilla sea la existencia menos preocupaciones tendremos y menos errores cometeremos.
La clave de todo es un ser sencillos de pensamiento, identificar lo que realmente es importante. Lo que hace feliz a nuestro corazón y nos identifica.
FELICIDAD
Realmente los pequeños grandes detalles son los que alimentan el espíritu, la felicidad no está en el tener.
No valemos por nuestra ropa, por nuestros autos, por estar a la moda, porque somos poderosos, porque podemos humillar. Querer pertenecer a esa “cultura” es la llave al gran vacío interior que comienza a caracterizar a nuestra sociedad.
La vida es frágil y vulnerable, puede dar un giro inesperado en cualquier momento y sin previo aviso, por eso vale la pena echar un vistazo a las cosas sencillas que a diario ocurren y encontrar en ellas el sentido que merecen.
Todo lo material viene y va, pero al final solo quedamos nosotros, con lo que somos, con los aprendizajes que hemos ido adquiriendo, con las experiencias que la vida nos regala.
Debemos de estar conscientes de lo que nos dice nuestro corazón, si lo hacemos estamos teniendo una vida plena, porque comprendemos que cada esfuerzo lo vale todo, porque cada cosa que haces te hace feliz y ofrece felicidad a los tuyos.
Si no hay equilibrio contigo mismo y lo que te rodea, será difícil disfrutar de esa felicidad. Si no hay reciprocidad no hay plenitud.