Sonará extraño, pero “nunca es tarde para tener un pasado feliz”. ¿Quieres saber cómo hacer esto posible? A continuación te lo explicamos.
Mark Twain, escritor estadounidense, dijo alguna vez: “En primer lugar, conoce los hechos, entonces podrás distorsionarlos a tu antojo”. Es un hecho que nuestro pasado, repercute en nuestro presente, pero si bien es cierto, que no podemos cambiarlo, lo cierto también es que sí podemos cambiar la manera en cómo lo vemos.
Por ejemplo, cuando emprendes un negocio solo te pueden pasar dos cosas:
La primera: ¡funcionó!
La segunda: ¡No funcionó!
Si sucede la primera situación, ¡qué bueno, muchas felicidades! Pero si ocurre lo segundo, también ¡qué bueno! Porque eso te hará más sabio, más fuerte y te permitirá tener más experiencia.
Este ejemplo nos ayuda a entender que el problema no son las cosas que nos suceden, la verdadera problemática radica en cómo interpretamos esas cosas. Si tú, ante un problema ves una oportunidad de crecimiento, desde ahí, ya habrás ganado.
Suena bastante fácil, pero hemos de reconocer que llegar a ver la parte positiva de todo, es un camino algo complicado, y esto es, porque nuestra propia mente nos traiciona, ya que estamos acostumbrados a buscar lo negativo, estamos acostumbrados a no salir de nuestra zona de confort. Así que el primer consejo es: sal de tu zona de confort.
Para empezar con algo sencillo, pero con bastante impacto, puede ser al asistir a una fiesta o, a una reunión. Por lógica platicarás con las personas que conozcas, por lo que tu primer reto es ir con aquellas que son caras nuevas, así que preséntate y entabla una conversación con ellos. En apariencia, este aspecto puede parecer irrelevante, sin embargo, estás rompiendo con tu zona de confort y así poco a poco te atreverás a realizar cosas nuevas, es cuestión de seguridad.
Aunque claro, tal vez te estés preguntando: ¿pero cómo lo haré si no tengo autoconfianza? Una forma para tener seguridad es hablar contigo mismo. Según expertos en psicología al hablar con nosotros mismos, nos ayuda a ser más decisivos y a controlar pensamientos y reacciones cognitivas y emocionales, porque nos permite conocer nuestras fortalezas y debilidades, aumenta nuestra autoestima, mejora nuestra memoria, entre otras cosas. Recuerda que la única persona capaz de sabotear tu trabajo eres tú mismo.
Siempre sueña y haz realidad tus sueños. De niños soñábamos con ser astronautas, maestros, doctores, etc., el problema cuando crecemos es que dejamos de soñar, de plantearnos metas, ya sea porque alguien se burló de nuestros sueño, o porque lo intentamos y a la primera fracasamos. La cuestión aquí es que no desistas, no te des por vencido, haz caso omiso de los malos comentarios, de las burlas, de las críticas de otras personas, porque ellos no están viviendo tu vida, eres el único responsable de lograr tu meta, porque si alguien más pudo, tú también puedes.
Otra manera para cambiar tu percepción es dejar de quejarte por lo que te pasa y por lo que te pasó. Siendo sinceros y un poco duros, a la mayoría de las personas no les interesa si tu despertador no sonó, no les importa si la noche anterior no lograste dormir o si te peleaste con tu pareja. Habrá quien sí te escuche, pero los demás, también están tan ensimismados consigo mismos, que ignoran lo que está a su alrededor. Así que no te sirve de mucho quejarte todo el día, en primera porque no te escuchan y en segunda porque quien lo hace, terminará alejándose de ti, a nadie le gusta una persona “quejumbrosa”. Además, al hacerlo, te enfocas solo en la parte negativa de tu vida, con lo que atraes más aspectos negativos. Mejor trata de ver cosas positivas, una forma de hacerlo es siendo agradecidos. Todas la noches, antes de ir a dormir, agradece a quien tú quieras por llegar con bien a casa, agradece porque tuviste de comer, agradece porque tienes donde dormir, en fin, puedes buscar muchas razones por las cuales agradecer.
La última manera para ir modificando tu percepción de las situaciones, es usando el “yo no lo recuerdo así”. No sé si alguna vez te ha pasado algo parecido: se produce una discusión, pasa el tiempo, intentas arreglar las cosas con esa persona, y le recuerdas lo que dijo o lo que hizo, pero ella, ni corta ni perezosa, te suelta un: <<pues yo no lo recuerdo así>>. Si hay algún recuerdo que no te deja dormir, que te está atormentando, puedes aplicar esta misma frase, habla contigo misma o mismo y di: “yo no lo recuerdo así”. Algunos expertos aseguran que al repetirte constantemente esta frase, te ayudará poco a poco a modificar tu recuerdo, y por ende, cambiar tu pasado.
Nunca es tarde para reescribir tu historia, pese a todos los malos momentos que llegaste a pasar, porque recuerda que naciste para grandes cosas, ¡así que ve por ellas!