El miedo es una emoción poderosa muy común en los seres humanos que, en casos extremos, puede resultar tan paralizante que limita seriamente nuestra vida. ¡ Piérdele el miedo a la ansiedad !
Muchas veces, este miedo alimenta a la ansiedad, es decir, ésta se retroalimenta del mismo miedo que le tenemos, lo cual es totalmente normal ya que en su mayoría, los ataques de pánico generan un episodio traumático en nuestras vidas y, obviamente tenemos miedo a caer o sentir lo mismo que en aquella ocasión.
PASO 1:
Conoce y entiende cómo funciona la ansiedad en ti
Cuando no entendemos qué nos está pasando, buscamos explicaciones mentales, las cuales muy probablemente están equivocadas. Para ello es importante que conozcas cómo funciona tu cuerpo y tus sistemas, así cuando se presente un caso en donde puedas perder el control, ya sepas de antemano cómo reaccionarias para que no dejes que esa emoción te domine.
PASO 2:
¡Suelta!
En definitiva, la ansiedad es un estado poco agradable y muy traumático, por eso muchas veces nos esforzamos en tratar de no sentirla, hacemos un esfuerzo por evitarla, pero esto genera más ansiedad.
Lo que debes hacer es dejarla sentir, ¡suéltala y deja que fluya! Y toma en cuenta que no puedes controlar aquello que te causa ansiedad, por ejemplo, la partida de una persona, la pérdida de un trabajo. Hay cosas que no están en nuestras manos, así que debemos aprender a soltar.
Ahora bien, este punto no es nada fácil y tal vez sea el más complicado de lograr, pero por eso debes trabajar mucho en el paso número 1.
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PASO 3:
Reconoce que eres capaz de autorregularte
Se trata de que aumentes la confianza en ti. Este paso va muy de a mano con el anterior. Una vez que ya sabes cómo funciona tu cuerpo, qué provoca la ansiedad y estás consiente de que no eres capaz de controlar todo lo que está a tu alrededor, pero que eso es normal y está bien, ahora pasamos a la parte de que tú sabes qué hacer con lo que sientes. No importa en dónde te agarre la ansiedad, o quien estés, en este paso debes aprender a reconocer que eres capaz de manejarlo.
Toma en cuenta, que tú tienes esas herramientas y habilidades para enfrentar la situación, no se trata de quitar o de eliminar, es simplemente autorregulación.
PASO 4:
La ansiedad no llega de la nada
En este paso debes estar consciente de que la ansiedad no llega por sí sola, hay avisos o señales que el mismo cuerpo y la mente te mandan como alerta de que la ansiedad se empieza a generar.
Aprende a identificar estas señales, para poder hacer un alto oportuno y recuperar tu equilibrio. Esta parte va de la mano con la autorregulación. Así la ansiedad no aparecerá de la nada, aprende a identificar cuando esté a punto de salir.
PASO 5:
Enfrenta los detonantes de la ansiedad
Se trata de que enfrentes de manera progresiva a los detonadores que te generan ansiedad. Puede ser que un detonante sea una persona, muchas veces tratamos de evitarla, en ese sentido, para el cuarto paso estaría bien “evitar” momentáneamente a la persona hasta que recuperes el equilibrio, pero en este paso final, debes enfrentarla.
No se trata de que vayas a los golpes o le digas de cosas, más bien, debes de estar en el mismo espacio que esa persona, hasta llegar al punto en donde no sientas incomodidad.
Los más importante para que todo esto funcione es que practiques. Los pasos son complicados de llevar a cabo, por lo que se trata de que poco a poco los vayas haciendo, hasta que llegue un momento en que se hagan de manera automática.